Ya os conté en el artículo «¿Qué es la Alimentación Complementaria? ¿Con qué edad hay que empezar?» qué entendemos por AC y cómo decidir cuál es el mejor momento para cerrar la etapa de lactante exclusivo y empezar con la comida. Ahora quiero contaros qué dos modelos tenéis para introducir los alimentos: el método de triturados o papillas y el método de trozos o BLW.
¿En qué consiste el método BLW?
Yo soy una gran defensora del método Baby-Led Weaning y de hecho en Instinto de Nido vais a encontrar numerosos artículos sobre BLW y formaciones sobre el tema.
Perfilaremos todos los aspectos de este método en posteriores artículos pero aquí diremos, resumiendo mucho, que consiste en esperar a que el bebé sea capaz de alimentarse a sí mismo y entonces ofrecerle alimentos sólidos, a trozos, preparados de forma que le resulte fácil y seguro comerlos.
Con este método se suele hacer hincapié en no empezar la AC hasta que el bebé cumple 4 requisitos:
- Tener al menos 6 meses de edad: sobretodo si hacen teta para asegurar un período largo de lactancia materna exclusiva.
- Ser capaz de mantenerse sentado erguido: para poder disponer de sus manos cuando come en una postura segura (comer tumbado o recostado es peligroso) y para que la musculatura del tronco esté suficientemente fortalecida como para sobrellevar un ataque de tos o de arcadas.
- Demostrar interés por la comida: sobre los 4 meses, empiezan a metérselo todo en la boca pero normalmente no es hasta un poco más tarde que demuestran un interés más particular por el acto de comer: siguen con la mirada la comida, estudian a los adultos, imitan el movimiento de masticación, intentan coger la comida o gritan reclamándola.
- Haber perdido el reflejo de extrusión: el reflejo extrusivo es el que hace que los bebés escupan fuera de su boca cualquier cosa que no sea leche.
Para el método BLW también es clave integrar al bebé en las comidas familiares. En vez de alimentarlo por separado, se lo sienta a la mesa con el resto de miembros de la familia, se dejan a su alcance una variedad de alimentos saludables y seguros para él, intentando que sean los mismos que come el resto de la familia (aunque al principio con algunas adaptaciones) y se permite que juegue y coma eligiendo él mismo qué y cuánto le interesa de lo que tiene delante.
La tendencia general (y especialmente al principio por motivos de seguridad), es ofrecer la comida a trozos, porque eso va a permitir al bebé manipular la comida y descubrir el aspecto, sabor y textura de los distintos alimentos. Los trozos son también la forma más segura para practicar lo de mover cosas que no son un pecho o una tetina dentro de su boca, así como tragarlas. Pero una vez que el bebé ya tiene cierta práctica, también se puede incluir en una dieta BLW la comida triturada. ¿Si los adultos comemos sopas, cremas y purés, por qué no iba a hacerlo el pequeño?
Ventajas y desventajas del método BLW
Se ha dicho que el método BLW es peligroso porque aumenta el riesgo de atragantamiento y de deficiencias nutricionales, lo cual ya se sabe que no es cierto. Es una opción que bien aplicada resulta igual de segura que la alimentación a cuchara. Varios estudios han analizado ya las principales preocupaciones que se han barajado en este sentido: el riesgo de asfixia[efn_note]Díaz Cirujano AI, Molina Arias M. La alimentación complementaria a demanda con soporte parental educativo no incrementa el riesgo de sofocación. Evid Pediatr. 2017;13:19.[/efn_note] [efn_note]Daniels L, Heath AL, Williams SM, et al. Baby-Led Introduction to SolidS (BLISS) study: a randomised controlled trial of a baby-led approach to complementary feeding. BMC Pediatr. 2015;15:179.[/efn_note] [efn_note]Fangupo LJ, Heath AM, Williams SM, Erickson Williams LW, Morison BJ, Fleming EA, Taylor BJ, Wheeler BJ, Taylor RW. A Baby-Led Approach to Eating Solids and Risk of Choking. Pediatrics. 2016 Oct;138(4). pii: e20160772. Epub 2016 Sep 19.[/efn_note] [efn_note]BrownA. (2018) No difference in self‐reported frequency of choking between infants introduced to solid foods using a baby‐led weaning or traditional spoon‐feeding approach. /J Hum Nutr Diet/.31, 496–504 doi.org/10.1111/jhn.12528 [/efn_note] y el riesgo de desnutrición.[efn_note]Rowan H, Lee M, Brown A. Differences in dietary composition between infants introduced to complementary foods using Baby-led weaning and traditional spoon feeding. J Hum Nutr Diet. 2018 Dec 25. doi: 10.1111/jhn.12616.[/efn_note] y de hecho, la opción BLW es reconocida (aunque sin profundizar) en las últimas guías oficiales publicadas en este país.[efn_note]Recomendaciones de la Asociación Español de Pediatríasobre alimentación complementaria – AEP (noviembre 2018)[/efn_note] [efn_note] Recomendaciones para la alimenatción en la primera infancia – Generalitat de Catalunya (abril 2016)[/efn_note]
En niños con retrasos del desarrollo o impedimentos físicos para auto alimentarse, puede no ser buena idea un enfoque puro del método BLW ya que podría suceder que sus capacidades motoras y sus necesidades nutricionales no vayan tan de la mano como en los bebés con un desarrollo normal. No obstante, eso no quiere decir que no sea buena idea alentar la autonomía hasta donde sea posible. De hecho, es muy común que los bebés con necesidades especiales se pierdan experiencias normales y oportunidades de aprendizaje para las que están preparados, simplemente porque se les ha puesto una etiqueta que los ha marcado como no aptos. Por ejemplo, es común que los bebés con síndrome de Down sean alimentados con cuchara por un adulto durante más tiempo del necesario y, por lo tanto, se pierden la oportunidad de maximizar el desarrollo de su motricidad fina y habilidades de masticación a través de la experiencia temprana con alimentos «reales».
En bebés prematuros con un desarrollo normal el método BLW puede ser perfectamente válido, posponiendo simplemente la alimentación complementaria y en caso de ser necesario complementar la lactancia exclusiva con suplementos nutricionales [efn_note]Guía Weaning your premature baby – BLISS[/efn_note]
En realidad, la única desventaja clara del método es que al principio se arma un buen estropicio en cada comida. Otra desventaja que no debería ser tal es que como todavía hay muchas personas que observan esta opción con miedo y desconfianza, optar por esta vía puede enfrentarte a comentarios desagradables y agoreros por parte de familiares y sanitarios de tu entorno.
Además de ser igual de segura, la opción BLW ofrece muchas ventajas como:
- Mejora aceptación de vegetales y frutas
- Reduce el riesgo de interrupción prematura de la lactancia materna
- Supone una fuente inestimable de estímulos para el desarrollo psicomotor y social
- Reduce el riesgo de manían alimentarias
- Favorece que los padres se formen más (primeros auxilios y dietética)
- Favorce que las familias enteras mejoren su alimentación
- Padres y bebés viven la alimentación de forma más relajada y divertida.
Podéis ampliar la información leyendo los artículos sobre BLW que tenemos publicados sobre el tema.
¿En qué consiste la alimentación a cuchara?
Aunque no soy una defensora de este método como primera opción, lo cierto es que hay muchos padres que ni saben ni quieren saber qué es eso del BLW o que lo saben pero sienten un miedo irracional a empezar dando sólidos a sus bebés y optan por la alimentación a cuchara, también llamada método de triturados o de papillas o alimentación tradicional (lo cual es valorar la tradición a muy corto plazo porque durante la mayor parte de su historia, la humanidad no ha contado con métodos para preparar papillas).
Consiste en introducir los alimentos en formas semilíquidas, papillas o purés que son administradas a los bebés por un adulto mediante una cuchara.
Esto debería ser lo único que definiese el método a cuchara pero por desgracia suele ir de la mano de otras características que son perjudiciales. Sobretodo una tendencia a ignorar los ritmos propios de cada bebé y en su lugar tratar de imponerle un modelo alimentario muy rígido y estandarizado.
Ventajas y desventajas del método a cuchara
Si observamos al desarrollo psicomotor, digestivo, inmunitario y emocional de los bebés, todo nos lleva a pensar que están hechos para empezar a comer por sí mismos sobre los 6 meses de edad:
- Es relativamente raro que una madre que da el pecho a demanda y colecha, tenga la regla antes de los 6 meses (de ahí el método anticonceptivo MELA), pero a partir de ese momento empieza a hacerse más habitual, lo cual nos indica que la naturaleza ha previsto que hacia los 6 meses se empiece a reducir la dependencia del bebé a hacia su madre.
- Si analizamos las necesidades nutricionales del bebé normal (y normal incluye también que no se le ha pinzado precozmente el cordón y que haya sido amamantado a demanda), también vemos que no hay ninguna necesidad de otros alimentos antes de por lo menos los 6 meses.
- Hacia los 6 meses la mayoría de bebés han perdido el reflejo de extrusión que les hace escupir cualquier cosa que entre en su boca y en cambio mantienen ese gran interés por metérselo todo en la boca que apareció algunos meses antes.
El bebé tiene la capacidad desde que nace de decidir cuándo, cuanto y a qué velocidad y con qué frecuencia necesita comer. Altera sus comportamientos al pecho en momentos definidos (las llamadas crisis de crecimiento) para modular la producción de leche de su madre. Es de sentido común suponer que cuando incorpora otros alimentos a parte de la leche, ha de poder conservar ese buen criterio innato e instintivo. Todo esto nos lleva a entender que el desarrollo normal del bebé es el de no necesitar nada más que leche hasta el día en que empieza a intentar comer otras cosas, sobre los 6 meses.
Si decides seguir lo previsto por la naturaleza y esperar a que tu bebé esté listo para empezar a comer, vas a estar muy poco tiempo dando papillas, ya que en los bebés los bebés alimentados a cuchara es también importante introducir las texturas sólidas antes de los 8 meses.
La alimentación a cuchara supone menos retos para el sistema motor oral del bebé.[efn_note] Cichero, J. A. (2016), Introducing solid foods using baby‐led weaning vs. spoon‐feeding: A focus on oral development, nutrient intake and quality of research to bring balance to the debate. Nutr Bull, 41: 72-77. doi:10.1111/nbu.12191[/efn_note]. Esto es considerado por algunos como una ventaja, ya que para algunas personas es muy importante ahorrar dificultades a sus pequeños, sobretodo aquellas que como adultos, nos angustian. Personalmente me parece un mal motivo para elegir la alimentación a cuchara. También nos parecía buena idea meter a los bebés en andadores antes de que pudiesen andar por ayudarlos y evitarles caídas y luego se ha visto que eso perjudica el desarrollo físico. Y es que hacer por el bebé algo que no puede hacer por sí mismo, suele ser mala idea. ¡Si no puede hacerlo todavía, es por algo!
Si el bebé es buen comedor, se va evolucionando adecuadamente la textura de los triturados hasta los trozos y se le alimenta de forma respetuosa, el método de las papillas no tiene por qué tener grandes inconvenientes. Lo que sí va a suponer irremediablemente es perder ciertas oportunidades ya que el hecho de ejercer el adulto el control sobre la alimentación sacrifica la posibilidad de que el bebé alcance ese hito evolutivo de forma autónoma. Si esa pérdida de autonomía puede suponer algún problema a largo plazo es algo que no sabemos. Tal vez algún día se estudie y se halle la respuesta a esa pregunta.
¿Pero qué pasa con los bebés a quienes no les parecen bien los triturados? Es con esos con quienes la alimentación a cuchara tiene más inconvenientes.
Una historia típica de alimentación a cuchara problemática es la de esa familia que en la revisión de los 4 meses sale de la consulta con un papel en el que dice que han de darle a su criatura una cierta cantidad de unas papillas concretas para cada comida.
A menudo se hace difícil aplicar esas instrucciones al pie de la letra y no es raro que la alimentación complementaria se convierta en un tema angustiante para el bebé y para todo aquél que trate de darle de comer. Si además los cuidadores reciben instrucciones de limitar el consumo de leche en favor del de comida, el resultado puede ser explosivo ya que aumenta el riesgo de que el crecimiento del bebé se estanque y cuando eso sucede las presiones se disparan, la angustia aumenta exponencialmente y se hace altamente probable que acaben instaurándose dinámicas perniciosas (premios, manipulaciones, chantajes, castigos, sobornos, distracciones, etc.).
Conclusión: BLW y papillas son dos opciones igual de válidas?
Lo de las papillas ha sido una moda antinatural y sin sentido que se ha mantenido hasta nuestros días a pesar de que no hay evidencia ni lógica que sustente la idea de que los bebés necesitan ser alimentados de forma pasiva con comida semilíquida en un momento de su desarrollo en el que no están preparados para comer otra cosa que no sea leche. Estoy absolutamente convencida de que en unos años será algo obsoleto.
Porque las papillas son algo que solamente tiene sentido como paso previo a la comida sólida y sólo si empiezas antes de que tu bebé sea capaz de coger un alimento, llevárselo a la boca, morderlo, masticarlo, tragarlo y digerirlo.
Por este motivo, más que decidir entre dos opciones, lo que los padres deberíais decidir es si queréis introducir ese paso previo semilíquido pasivo o si preferís esperar hasta que vuestro bebé pueda introducirse en la comida por sí mismo.
Si decidís esperar a que vuestro bebé pueda autoalimentarse, el método BLW ofrece unas guías muy interesantes y recomendables para hacerlo, basadas en el respeto a las necesidades y capacidades del bebé y de acuerdo a la fisiología y a la última evidencia científica sobre las mejores estrategias para establecer unos buenos hábitos alimentarios para toda la vida.
Si decidís que os va a dar más paz mental controlar vosotros mismos esa iniciación a la alimentación complementaria, vale la pena que tengáis presente que va a ser una fase corta y que aprendáis también sobre BLW ya que en algún momento alrededor de los 6-8 meses vais a tener que acompañar a vuestro bebé en el apasionante mundo de la autonomía alimentaria. Y para esas semanas o meses previos de triturados, podéis leer el artículo 13 claves para dar papillas de forma más respetuosa, os contaré cómo aplicar el método a cuchara de la forma más positiva y provechosa, otorgándole algunas de las ventajas que ofrece el método BLW.
La alimentación complementaria es de una importancia fundacional, básica, enorme. Es uno de los pilares de la salud y debería concentrar una parte importante del esfuerzo de la crianza. Recordad que lo que vivien en sus primeros 1000 días es la base del resto de su vida.[efn_note]Lo que vivien en sus primeros 1000 días es la base del resto de su vida – UNICEF[/efn_note] [efn_note]Pietrobelli A, Agosti M. Nutrition in the First 1000 Days: Ten Practices to Minimize Obesity Emerging from Published Science. Int J Environ Res Public Health. 2017 Dec 1;14(12). pii: E1491. doi: 10.3390/ijerph14121491[/efn_note] [efn_note]Martorell R. Improved nutrition in the first 1000 days and adult human capital and health. Am J Hum Biol. 2017 Mar;29(2). doi: 10.1002/ajhb.22952. Epub 2017 Jan 24.[/efn_note]
Os decidáis por un método o por otro, vale la pena aplicarlo con sensibilidad y paciencia y respeto hacia las necesidades y capacidades del bebé.